114 líneas de fuego (autorretratos)

Antonin Artaud

pequeñaslabores

Buenos Aires - 2022

Selección, traducción y prólogo: Adalber Salas Hernández

150 p., 21 x 14 cm.

ISBN 978-987-8320-24-3

fragmentos

44.

Porque todo este magnetismo, toda esta poesía, y todos estos medios directos de encantamiento no serían nada, si no implicaran poner al espíritu físicamente sobre el camino hacia algo.

No se trata de suprimir la palabra articulada, sino de dar a los vocablos una importancia cercana a la que poseen en los sueños.

Por lo demás, hace falta hallar nuevos medios de escribir este lenguaje, sea que estos medios se parezcan a los de la transcripción musical, sea que se haga uso de una especie de lenguaje cifrado.

45.

La crueldad no es un sobreañadido a mi pensamiento; siempre ha vivido allí, pero me hacía falta tomar consciencia de ello. Empleo la palabra crueldad en el sentido de una apetito de vida, de rigor cósmico y de necesidad implacable, en el sentido gnóstico de un torbellino de vida que devora las tinieblas, en el sentido de ese dolor ineluctablemente necesario, fuera del cual no sabría ejercerse la vida.

46.

Cuando crea, el dios oculto obedece a la necesidad cruel de la creación, que le es impuesta.

PRÓLOGO, Adalber Salas Hernández

Traducir a Antonin Artaud no se parece a ninguna otra cosa. Se trata de una experiencia más cercana a una lucha cuerpo a cuerpo que a un ejercicio de traducción. Y no hablo de una pugna cualquiera, dictada por alguna dificultad en el vocabulario o las formas sintácticas, o por un retorcimiento feroz de la gramática. Artaud es directo, incluso hosco; sus textos se ordenan sin manierismo. Emergen en la página con la violencia de lo recién nacido.

Se trata, más bien, del espesor que le brinda a lo que dice. Sus textos se encuentran encarnados: poseen la contundencia de los seres vivos. Artaud es vehemente –y esta vehemencia se transforma en inevitabilidad. Lo que dice es urgente porque procede de los mecanismos internos de lo corporal, porque cada frase es un incendio breve producido por la colisión entre un organismo y su pensamiento: escribe líneas de fuego entre líneas de fuego. Vuelve siempre a las mismas palabras, como procurando en ellas una densidad que nadie más ha visto.

Es esta corporeidad lo que he procurado reproducir aquí. Haciéndolo del único modo que sé: hundiendo las manos en la masa textual que dejó Artaud y arrancando de ahí trozos, miembros y órganos para este nuevo cuerpo: ciento catorce frentes donde Artaud se expone, ciento catorce deflagraciones que son también formas de mostrarse, de definirse. Se trata de dibujos y textos que pueden ser entendidos como imprecaciones, locuciones feroces, cada una de ellas, trazada o escrita: autorretratos. Las presento sin título y dispuestas siguiendo las fallas sísmicas del sentido, con independencia de su orden cronológico de publicación. Aunque, por supuesto, incluyo una lista con las fuentes de las que provienen los textos.

Aquí Artaud declara y se declara, da testimonio de sí con el ímpetu y la lucidez que lo caracterizan. Estos fragmentos dan cuenta de ese lugar ambiguo, precario, que ocupó: el de la mirada sin filtros, la clarividencia rabiosa.

Antoine Marie Joseph Artaud

Antoine Marie Joseph Artaud (1896-1948), fue un poeta, dramaturgo, ensayista, novelista, director escénico y actor francés, autor de una vasta, personalìsima e inclasificable obra orientada hacia un arte absoluto y «total». Participó junto a André Breton de los inicios del Surrealismo, y fue el creador del teatro de la crueldad, que ha ejercido una gran influencia en la historia del teatro mundial. En 1937 viajó a México, conviviendo un año con indígenas, hasta ser deportado a Irlanda. A partir de entonces, estuvo recluido durante nueve años en clínicas psiquiátricas, como consecuencia de fuertes depresiones, hasta que fue rescatado por sus amigos, muriendo tres años después en un asilo de París. Entre sus obras màs célebres, se destacan: El ombligo de los limbos, El pesa-nervios, Heliogábolo o el anarquista coronado, Van Gogh el suicidado por la sociedad, Un viaje al paìs de los Tarahumaras, Carta a los poderes, entre muchas otras obras.

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